Un motivo por el que luchar

A lo largo de tu vida hay muchas veces que te vas  a sentir mal, quizás creas que tienes algunos problemas que ni siquiera sabes como solucionarlos. Si te paras a pensar para un adulto solo son problemas de "niñatos" y que no tienen ninguna importancia. Pero para ti son un mundo, un mundo que se te hunde. La gente te decepciona y sientes que nunca vas a poder confiar en nadie. Pero ¿sabes que? En esos momentos la decepción es de cobardes, tienes que ser mas fuerte que todo eso y luchar. ¿No encuentras una razón? Tu siempre has logrado tus objetivos, y esta vez no va a ser distinto.

Todo queda en tus manos, es el momento de demostrar que tu madurez sobrepasa los límites que te imponen tu edad, demuestra que tu orgullo no va a dejar que te rindas. ¿Sientes que no puedes?

No te rindas. ¡Levantate!, ¡lucha!, ¡Rie!, ¡Grita! y ¡llora!. Llorar no significa que seas débil, significa que llevas demasiado tiempo siendo fuerte.

Así que sigue adelante, no te rindas, a veces el camino es duro, pero la recompensa vale la pena .

Lo que no saben de mi#

-Soy de esas que tienen tres vidas; la suya, la que se inventan los demás, y la que sus padres creen que tienen. De las que cuando tienen un día estresado lo pagan con la persona equivocada. De las que a veces se sienten mejor estando solas, aunque echen de menos los suyos. De las que lloran con las películas románticas. De las que van con el miedo a fallar pero aún y todo se entregaran al máximo. De las que escriben su nombre en los cristales empañados para luego borrarlos. De las que se quedan hasta las tantas para hablar con él. De las que tienen expectativas. De las que no se entienden ni ellas pero saben lo que quieren. De las que son capaces de sacarte una sonrisa en tus peores días. De las que echan el bolígrafo al suelo para coger la notita que les lanza el compañero. De las que les entra la risa tonta en momentos serios. De las que les encanta quedarse hablando con las amigas toda la tarde. De las que llegan tarde a casa porque en el camino se entretienen demasiado. De las que odian los pajaritos que les cuentan todo a las madres. De las que buscan magia en las palabras. De las que la música les transporta. De las que encuentran algo bueno en cualquier persona. De las que eso de disimular no se les da muy bien. De las que se quedan tumbadas en la cama pensando en el por qué de las cosas. De las que tropiezan mil veces con la misma piedra pero siempre se levantan. De las que dicen la verdad, de las que se mojan. De las soñadoras. De las realistas. De las optimistas.