No soy feliz. Pero ESTOY feliz. Bueno, este sentimiento es el que gobierna mi cuerpo hoy, ayer y antes de ayer. Quién sabe qué me deparará el futuro...
No puedo decir que le haya olvidado, porque mentiría. Su recuerdo tan solo es como una pequeña espina en mi vida. Muchas de mis amigas leyendo esto estarán diciendo: ¡Sí, nos has hecho caso!
Sí chicas, lo he hecho. Más vale tarde que nunca, ¿no?
De todas formas, de todos los errores se aprende y este no iba a ser una excepción.
He aprendido a amar y NO me arrepiento (ni me arrepentiré) de lo que pasó este verano, porque para mí fue mágico. Eras como la parte de mí que había muerto lenta y dolorosamente. Me mantenías feliz y radiante, con más ganas de reír que nunca. Pero, ¿sabes qué? Ya no te necesito para ser feliz, lo consigo yo misma. Solo tengo ganas de cruzarme contigo por la calle para que veas que mis ojos tienen un brillo distinto, y que por una vez en la vida no me importa el futuro. Y me he dado cuenta de todo esto gracias a este texto:
<<...el día de hoy no se volverá a repetir. Vive intensamente cada instante, lo que no significa alocadamente, sino mimando cada situación, escuchando a cada compañero, intentando realizar cada sueño positivo, buscando el éxito del otro, examinándote de la asignatura fundamental: el Amor. Para que un día no lamentes haber malgastado egoístamente tu capacidad de amar y dar vida>>.
No hay comentarios:
Publicar un comentario